Descripción enviada por el equipo del proyecto. En el departamento de Ñe’embucu, solicita un proyecto para un pequeño Puesto de Salud en una comunidad rural con carencias de diversa índole. Un presupuesto exiguo, poca accesibilidad para provisión de materiales que no sean del lugar, mano de obra del tipo rural son las constantes.
Comienza así un contacto cierto con la carencia verdadera, solicitando respuestas dignas. A partir de ese momento emerge un proceso de búsquedas sin certezas preestablecidas, con algunos amarres a modo de esquineros para sostener el proyecto; una condición ética proyectual; (no caricaturizar la pobreza, ni referirse al modelo de "obra pública" preestablecida), tomar los recursos disponibles del lugar, tangibles e intangibles; intentar que el edificio se despoje de su condición de objeto terminado y cerrado, y por el contrario absorber cambios en su uso como en su percepción matérica, a través del uso del espacio, la luz y la sombra.
Nos motiva manifestar con esta obra el interés por construir a través de una circunstancial estética, una ética, basada en el respeto por lo esencial, lo crudo, lo áspero, lo “non finito” como medio de convivencia entre edificio y lugar.
Este puesto de salud en realidad es un edifico para actividades múltiples además de dispensario médico, usos como reuniones vecinales, ferias, actividades de capacitaciones básicas.
El edificio consta de tres tipos de espacio: los de sombra o duros (consultorios y servicios); los de luz y sombra (galerías, esperas); y los de luz (plaza de espera y encuentros). Todo el edificio esta construido con ladrillos comunes de las cercanías, donde la disposición y textura de los mismos define estos espacios; junta hundida en los primeros, enrasados en los segundos y tramados a modo de filtro en la plaza de espera; filtro visual, filtro de luz y filtro para un sector con mucho polvo debido a los vientos y a la aridez del suelo.
Este filtro o tramado es una cortina que insinúa, pero no muestra, refiere pero no cuenta; trama y teje, presente, pasado y futuro; es expresión ancestral en trenzas de cuero para dominar ganado, o en cestería de utensilios de recolección o en tejidos de fibra para protección del cuerpo. O en el tramado de cañas, barro y paja para el cobertizo inicial; es expresión atemporal.
El quebracho colorado lampinado con hacha es testimonio del sacrificio y respeto entre hachero y árbol en ese juego dialéctico que representa la esencia de la relación hombre- naturaleza, en su color rojo se confunde la sangre del mismo quebracho con la de quien a fuerza de hacha lo esculpió.
El tiempo reloj es algo que no existe por estos lugares solo la posición solar, un aroma, un color de floración vegetal, o el laudico canto del gallo; son algunos elementos que refieren al tiempo. A modo de exploración hemos intentado incorporar a la arquitectura una serie de elementos decodificadores del tiempo a través del modelado de la luz y la sombra según la posición del sol. El muro tramado, es además un catalizador de tiempo, que va proyectando en la plaza de espera, signos de luz que van mutando, puntos que se transforman en líneas que luego se transforman en formas y se siguen transformando, cuyo significado estará abierto a la interpretación de quien los perciba.
La obra no tiene más ambición que ser expresión de su circunstancia en su dimensión espacio - tiempo, es cruda como un boceto, cruda en su discurso como cruda es la expresión animal; como cruda es la vida misma en este lugar.